Ahora sí, adiós. (Parte II)

        Es hora de decir adiós porque entendí que por más que queramos a una persona y que esa persona nos quiera muchas veces pueden hacer daño. Así como el tomar la decisión nosotros de aferrándonos a esa persona también nos hace daño, ambos estábamos consientes que ese no era nuestra principal meta pero por circunstancias de la vida así tuvo que ser y aunque doliera la ruptura fue lo mejor que pudimos hacer, para ti, para mi, para ambos. Sé que puede ser difícil de entender al principio cuándo estás demasiado entregado con alguien y te manifieste que quiera terminar con eso es un poco chocante, pero, como dije nos hacíamos daño, uno de los dos debía armarse de valor y atreverse. Así suene repetitivo el tiempo hará entender las cosas y verlo de una perspectiva distinta. ¿Sabes que es curioso? Que así como yo muchas más personas tanto hombres como chicas han pasado por esto alguna vez en sus vidas, han preferido aferrarse y por voluntad propia caer en un ciclo dañino tanto para su persona como para la que estaba con él/ella y no es algo por el cuál debamos pasarlo nosotros. De eso me di cuenta hace muchísimo tiempo, mucho antes de nosotros y desde que lo supe lo tuve presente en mi vida, cuando supe definir que se estaba volviendo de cierto modo algo tóxico decidí terminarlo, porque quiero lo mejor para ti y para mi. Ambos merecemos una persona que si nos haga bien, que si nos brinde paz y un poco de estabilidad, que nos de lo que tú y yo hemos dejado perder, nos merecemos lo mejor, lo que tú y yo teníamos ya estaba muy lejos de serlo, perdimos el rumbo de la relación y ahora míranos aquí, entablando esta conversación, dándole un punto y final y ahora sí a decir adiós.

         Y como dice la canción: Ya no importa quién dio más, ya no hay nadie a quién culpar. Los dos cometimos errores, sí; y aunque duela aquí estamos, enfrentándolos cada quien por su lado, ambos tuvimos diferencias que fueron difíciles de superar, ambos quisimos pero ya no se pudo más, debemos tener claro que no fue uno el culpable, fuimos ambos. Ambos nos perdimos e hicimos perder lo que teníamos, Dios, la vida o el universo decidieron la culminación de nuestro momento solo queda aceptarlo y perdonarnos, tener la esperanza de reencontrarnos en algún cierto y nuevo momento de nuestras vidas ya estando sanos, ya estando libres de lo malo, ya siendo más humanos. Esto no es más que una nueva oportunidad para ambos liberémonos de todo lo malo que nos ocurrió, estemos plenos por todo lo bonito que sucedió, recordemos lo que la otra persona nos enseñó y hagamos como esa frase que dice: lo malo a nuestro alrededor debemos tomarlo como combustible para hacer crecer un poco de luz. Busquemos nuevamente nuestra luz, en este nuevo comienzo, en esta nueva vida para que sigamos creciendo y aprendiendo de todo aquello que cruce nuestro caminar en este plano materialista y si en esa búsqueda más adelante nos volvemos a reencontrar pues: Hola, ¿cómo te va?. Ahora, te deseo siempre lo mejor, nos deseo siempre lo mejor y ahora sí, adiós.



Este post es una colaboración con @OrianaDiAmeliee 
Si quieres leer la primera parte de este escrito puedes visitar "Ahora sí, adiós. (Parte I)" y síguela en sus redes sociales. Twitter: @OrianaDiAmeliee Instagram@ori.a.na

 -G

Comentarios